23
abr 2014
Hoy es 23 de
abril. Sant Jordi, para unos. El Día del Libro, para otros. Un día muy especial
en cualquier caso. No tanto por ese descuento del 10% que se hace en todas las
librerías y que, dicho sea de paso, viene muy bien en tiempos de crisis, sino
por lo que representa. Es un día dedicado al LIBRO. Ese buen amigo que nos
acompaña en momentos de soledad, un rato antes de acostarnos, en los viajes en
transporte público, en la playa… En cualquier sitio. Ese buen amigo, en
ocasiones generador de grandes discordias, sobre todo cuando es prestado. Ese
buen amigo que tanto nos enseña a lo largo de nuestras vidas, ya que los
libros son maestros que no riñen y amigos que no piden.
Ese buen amigo, no pasa por sus mejores momentos. La era
digital está haciendo estragos en él y en los escritores. Si bien es cierto que
el pirateo en la red nunca hizo bien al mundo de la cultura, me atrevería a
afirmar que el libro es el más perjudicado de todos. Una película tiene muchas vías
para generar recursos: se estrena en la gran pantalla, se ve en la televisión… Algo
similar sucede con las canciones: se escuchan en conciertos en directo, en las
cadenas de radio… Pero un libro sólo tiene un modo de subsistir y es mediante
su adquisición en una librería –o en su versión digital-. Es importante tenerlo
en cuenta.
A pesar de todo, los libros siempre estarán ahí, en tapa
dura, blanda o digital. Luchando contra viento y marea, escondiendo misterios o
pregonando un romance, tratando de hacerse un hueco en nuestras bibliotecas y,
por qué no, en nuestros corazones. Anímate y hazte con un ejemplar. Yo ya lo he
hecho. ¿Y tú?
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